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La música como facilitadora del aprendizaje.

  • Esp. Sugey Páez Peñaranda
  • 30 jun 2017
  • 2 Min. de lectura

No hay cultura humana sin música, estamos inmersos en ella casi sin darnos cuenta; influencia nuestro cerebro inmediatamente generando estados anímicos, en algunos casos favorece el nivel de concentración, memoria, escucha y comunicación.



Oír música estimula estructuras en el cerebro que se activan para producir placer, despertando emociones, sentimientos, imágenes mentales.


Muchos niños calman su ansiedad al escuchar la voz de su madre, esto puede deberse a que el lenguaje que usa es más agudo y musical, actuando casi como un ansiolítico.

Estas y muchas otras proposiciones las escuché durante una capacitación hace algunos años, siendo suficientes para despertar en mi la necesidad de consultar, evaluar y si era el caso implementar estrategias que coadyuvaran en mis roles como madre y educadora.


Durante esa búsqueda encontré la serie alfanumérica K-448/375a quizás parezca el número interno de un avión, la placa de un vehículo extranjero, hasta podría tomarse un código secreto especial. ¡En realidad lo es!, es la Sonata para dos pianos en Re mayor de Mozart mejor conocida como K-448/375a; escrita en forma de sonata-allegro con tres movimientos.


En esta pieza musical de gran exquisitez los compases coinciden con el ritmo neurológico humano, hallazgo que originó el efecto Mozart, para algunos científicos al escuchar las melodías de W. A. Mozart se producen efectos a nivel cognitivo tales como el desarrollo de habilidades para la lectura y la escritura, del lenguaje verbal, habilidades matemáticas, capacidad de recordar y memorizar. Esta teoría respondía – inicialmente – mis inquietudes y afanes.


Todo ese río de información desembocaba en un nombre: Alfred Tomatis otorrinolaringólogo francés quien, hacia los años 50 descubre en la estimulación sensorial auditiva el tratamiento a problemas tales como dislexia, estrés o déficit de atención y le denominó Método Tomatis.

Todo un derroche de alegría y magia

El método se basa en la reeducación del oído a través de la escucha de composiciones de Mozart filtradas a ciertas frecuencias para potenciar el aprendizaje y el desarrollo global de las personas.


El Dr. Tomatis afirma que esta estimulación corrige las conexiones neurosensoriales inmaduras que han sido establecidas incorrectamente por diferentes razones como afectación del oído en la etapa prenatal, otitis recurrentes, rechazo al lenguaje oral, gritos o lenguaje oral agresivo por parte de los padres o adultos de referencia; distorsionando de esta manera la escucha.


Recordemos que escuchar es la primera habilidad que desarrollamos, es voluntario, selectivo y de base neurofisiológica, ciertos detonantes pueden inhibir la escucha y la conexión emocional; en ocasiones notamos en nuestros niños una especie de sordera que no deja concentrarse en sus actividades escolares y sus deberes en el hogar.


En Colombia existen lugares especializados en la aplicación de este método, sin embargo ¡no nos preocupemos! En nuestras casas y aulas de clase podemos reproducir ciertas características del método: escuchando Mozart y hablando en tono melódico, dulce, amoroso y firme.


Veremos notables cambios en el comportamiento de hijos y estudiantes como mejoras en el humor, mayor resistencia al cansancio, mejor capacidad de memoria, concentración, creatividad, sensación de calma y afectividad.

El tono de nuestra voz cargado de afecto, comprensión y la música clásica puede ser para muchos un bálsamo y lo mejor, no tiene límite de edad; así que a hablar mejor y escuchar a Mozart!!.


Imágenes tomadas de wix.com

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